miércoles, diciembre 19, 2012

Presentación de "Para comerte mejor".

El libro de cuentos "Para comerte mejor" escrito por Isabel Alí y un servidor se presenta este 20 de Diciembre en Salsipuedes, provincia de Córdoba en Argentina. Un libro con cuentos de terror sólo para adultos por tener escenas de sexo narradas con crudeza. El próximo mes estará disponible también en México y aunque no hay nada seguro con respecto a una presentación, se creará una página donde se podrá comprar el libro tanto en su formato en papel como en formato ebook. Para el prólogo tuvimos el privilegio que fuera escrito por Yoss, uno de los más grandes representantes de la ciencia ficción de Cuba y latino américa.

miércoles, octubre 17, 2012

Nuevo cuento publicado.

He tenido el honor de que la revista online "Penumbria" me publique un cuento. El cuento se llama "La noche no es para los vivos" y trata de un niño que le teme a la oscuridad. Me siento muy contento porque ya había enviado antes uno y no fue aceptado. También es la primera revista en México donde puedo publicar. Espero poder publicar alguno más, claro si la inspiración me llega. La revista la pueden leer en línea o descargarla, la verdad que está de lujo.

sábado, septiembre 22, 2012

Nuevo cuento publicado.

Agujero Negro, Fanzine de CF, Fantasía y terror del Perú,  ha hecho el honor de incluirme en su número 2. El cuento que publicaron es "Amor Paternal", se puede bajar en varios formatos. La calidad de la publicación es buenísimo y la portada excelente. Les dejo el link para quien deseé bajarlo : http://agujeronegro2012.wordpress.com/2012/09/17/agujero-negro-fanzine-no-2-agosto-2012/

domingo, mayo 27, 2012

La séptima trompeta.


Se fueron escuchando alrededor del mundo, pero le encontraron explicación científica de inmediato. Se oían las trompetas anunciando el apocalipsis y la gente fingía sordera, no ver las señales que mostraban que las cicatrices del mundo empezaban a abrirse, a desangrarse, a caerse a pedazos. La gangrena humana supuraba sus excrecencias pestilentes y cuando la séptima trompeta fue escuchada, ya era demasiado tarde.
            La llegada del Reino, buenas noticias, pero dependiendo de qué lado de la humanidad te encontrabas. Cuando los ángeles descendieron y se posaron sobre los edificios como cuervos rondando los maizales, muchos murieron ahí mismo, fulminados por el pánico, el miedo al juicio que no lucía ser el que todos esperaban. Muchos religiosos salieron de sus iglesias,  perseguidos por sus propios demonios, se quemaban vivos y se apilaban como leños en las plazas principales.
            El otro lado, el de aquellos que no se sentían tan culpables, pero que sabían que serían juzgados, esperaban impacientes que se abriera el cielo y descendiera el Rey que pregonaban las escrituras. En lugar de eso la tierra tembló desde adentro y de todos los camposantos emergieron los muertos.
            No eran los zombis que se veían en las películas ni los que se veían en las historietas o se describían en las novelas. Cuerpos, sólo cuerpos desnudos,  como recipientes sin nada adentro, los ojos en blanco, reuniéndose en filas enormes hacia el zócalo, como si un importante político les fuera a entregar las llaves del cielo. No les importaba nada, ni siquiera se detenían cuando le pasaban por encima a la gente. Muchos de ellos terminaron aplastados debajo de las llantas de los que intentaban o creían que podrían huir.
            Cuando las calles se llenaron, las azoteas y los edificios altos también lo hicieron y entonces la luz sobre la tierra desapareció. Una luna llena teñida de sangre suplantó al sol y mucha gente más no soportó la impresión y los que no sucumbieron empezaron a lanzarse de los rascacielos, como si del cielo fuera a aparecer una mano salvadora que los posara como plumas de ave sobre el pavimento. Todo lo contrario, esparcieron las calles con su sangre y vísceras.
            Las sombras de los ángeles se proyectaban sobre la gente, pero permanecían inmóviles como gárgolas de  piedra con las miradas perdidas hacia el cielo rojizo. Esperaban la señal. Y cuando el silencio se hizo tan grande que dolían hasta los poros de todo el cuerpo, las estrellas empezaron a caer y detrás de ellos los ángeles del señor blandiendo sus espadas. El juicio final se convirtió en un tsunami de sangre que arrasaba las ciudades. Y los que quedaron en pie fueron succionados por una especie de tornado luminoso que los proyectaba hacia cielo. Unos cuantos que se arrastraban como gusanos quedaron en la tierra. Sus quejidos se escuchaban por todos los rincones. Era imposible no sentir lástima por los que ahora son los herederos y que pronto serán sobre los que yo reine para siempre.
            ¿Qué por qué sé todo esto? Porque fui traído a las alturas para presenciarlo. Soy testigo de Jehová. De la ira de Jehová.

            Yo soy Satanás y desde ahora, este será el nuevo infierno

sábado, marzo 31, 2012

Quizás...


—Te puedo dar un quizás definitivo —dijo ella.
Raúl la miró sin saber que decir o hacer. Se estaría haciendo la graciosa o qué. Odiaba que le dieran vueltas al asunto, era un sí o no. O no me gustas, o me gustas como amigo. Se sabía casi todas las excusas, pero cuando le salió con esa respuesta, se  tragó la cara de perro apaleado que ya tenía ensayada.
—Eso ¿qué significa? ¿Me estas mandando a volar? ¿Temes herirme? Porque si es eso, no te preocupes…
—¿Un quizás no te parece bien?
—Me gustan más los sí y si no hay remedio, pues los no, pero un quizás definitivo me deja, no sé…
—Es lo único que puedo darte en este momento, un quizás definitivo.
—¿Pero mañana me dices, si o no?
Ella ya no le contestó, su cara era un monumento al quizás.
—Está bien —dijo Raúl.
Ella abrió la puerta de la casa, se deslizó con la agilidad de un gato y cerró despidiéndose con la mano. La cara que le puso Raúl al despedirse le hizo temblar de pies a cabeza.
Del otro lado de la puerta Raúl respiraba como caballo desbocado, dio la vuelta. Pisó una oruga que cruzaba por el patio, pateó un helecho.
Mañana, tendré un no, pensó mientras acariciaba el cuchillo escondido entre sus ropas.
—Y le sacaré los ojos —dijo al viento.

viernes, marzo 23, 2012

Nuevo cuento publicado.

Después de tener un buen rato sin publicar nada, los buenos de Minatura aceptaron mi microrelato, "Bendecido con una maldición" mismo que aparece en el número 117  dedicado a "Licantropía y otras transformaciones". Como siempre la calidad de esta revista digital es excelente, magnificas ilustraciones, autores de calidad y ésta vez: Comics.  Disfruten la revista aquí y de paso lean mi cuento. Saludos.

sábado, febrero 25, 2012

One Buck Horror 4.

A más de un mes de haber sido publicado el número 4 de la publicación Estadounidense "One Buck Horror" donde aparece mi cuento "Hanal Pixan" he recibido muy buenas opiniones respecto a él. Nada mal para mi primer intento por incursionar en el mercado americano que es muy competitivo. De hecho es el primer relato por el que gano dinero.

Para el que esté interesado, les dejo el link para comprarlo en Amazon Kindle por el módico precio de $0.99, una verdadera ganga para la calidad de los cuentos y no es por que yo salga publicado. Desde la portada es excelente.



viernes, febrero 03, 2012

No salgan, están aquí.


Silencio…

Oscuridad…

Este juego se ha salido del límite, piensa Esther. Aún así considera que es mejor quedarse ahí: escondida en el closet. No debió meterse en eso, sabía que no era buena idea, sobretodo que apenas habían conocido a los chicos, pero en el momento todo parecía tan divertido y ellos eran bastante guapos. A Manuel lo vio correr hacia el sótano, quiso ir detrás de él y aprovechar el momento a solas sin que la metiche de Ana se metiera entre los dos, pero el viento apagó las veladoras que llevaban para la ocasión y ella entró en la primera recámara que encontró. De los demás no tenía la menor idea de dónde estarían.

Un trueno rompió el silencio y la lluvia empezó a caer con fuerza. Abrió un poco tratando de no hacer ruido. El grito de Manuel se escuchó y del susto se golpeó contra la puerta que emitió un crujido seco. Volvió a encerrarse en el closet. ¿No salgan? ¿Fue eso lo que gritó? No estaba segura.

Ahora su corazón palpitaba a mil por hora, pegó la oreja contra la madera para intentar escuchar lo que sucedía afuera. Otro alarido, esta vez de mujer. Otro trueno. No parecía una broma. Volvió a entreabrir la puerta, las manos le sudaban. Seguía oscuro.

—¡No salgan! ¡Están aquí! —escuchó. Era la voz de Arturo, el chico serio que no levantaba la vista cuando te hablaba.

Día de muertos, casa abandonada, noche lluviosa. Qué manera de festejar, no debieron ir con ellos. El efecto de las cervezas se había pasado, pero las ganas de ir al baño ahora eran insoportables.

Salió del escondite, caminó hacia la sala, alguien tenía que ponerle fin al jueguito que ya no era divertido, además que un poco más y se haría encima.

—¿Pueden parar? Necesito orinar —gritó.

Vio los cuerpos apilados uno sobre el otro, sus torsos hechos picadillo, el piso inundado de sangre. Quiso gritar, pero no pudo, observó cómo sus orines se unieron al charco pegajoso dejado por sus amigos. Algo está mal, Ana empieza a sonreír, luego los demás, incluso se desternillaron. Se pusieron de pie y se unieron los tres en un abrazo.

—¡Feliz Día de los muertos! —todos al unísono gritaron. Rieron sin poder parar.

Luego comprendió y ella se carcajeó también.

No puede evitar que los sucesos se repitan esa noche. Sabe que es la fecha en la que todos los muertos pueden regresar a donde fallecieron y justo ahí, fueron asesinados los cuatro.